Como el foro está un poco parado vamos a darle un poco de vidilla con una anesdota o fecho acaecido ayer por la noche.
Quedé ayer para tomar una birra con unos colegas y al final Guillermo el vasco, Bárbara y yo decidimos ir al Hard Rock Café a cenar, ya sabéis una de esas minihamburguesas ligeras de grasa y miles de complementos hipocalóricos.
Tal como llegamos nos indican la hora de espera para poder coger mesa y nos vamos para la barra para continuar esa buena costumbre española de beber cerveza. Bárbara se acopla en una esquina donde no hay paso de gente y le dejo mi abrigo junto a ella colgado del típico ganchito. Mientras Guillermo y yo vamos a la barra a pedir las bebidas.
Total, que me dan mi birra y cuando vuelvo mi mirada hacia Bárbara me veo a una pareja dándose el lote junto a ella mientras despistada ve un video en una de las megapantallas. Me gustaría ver la cara de gilipollas que se me tuvo que quedar cuando veo que el tío tiene su mano izquierda sujetando a su novia pero su mano derecha ¡dentro de mi abrigo!
Me acerco y me quedo un par de segundos mirando vaya a ser que la líe por una equivocación, pero no, el hijoputa me está robando en mis propias narices. Me acerco, le cojo la mano y encarándome con él le digo: "Mira hijo de puta, ya te estás largando sino quieres que te rompa la cara y luego llame a la policía".
Entonces me doy cuenta de con quien me estoy jugando los cuartos. Son una pareja de inmigrantes sudamericanos que no me llegan ni al hombro. Ambos van muy bien vestidos, el de traje y córbata y ella con traje de noche.
"¿Pero que dice?", me suelta el menda." ¡Que me estas robando so cabrón! ¡Que te largues o te inflo a hostias!" Reviso el abrigo y veo que la cremallera del bolsillo interior esta a medio abrir cuando yo siempre la llevo cerrada porque es donde meto el puto carné rosa de conducir (que es más grande que sus lios y no me cabe en ningún sitio salvo en otra cartera). En ese momento dentro no llevo nada más que las llaves de casa y la minicartera de piel con el bono del metro; es una cartera buena pero, sobre todo, es un regalo y me toca los cojones que me la roben en mi puta cara. La chica chiquilicuate viendo el percal no dice ni mu (se sabe su papel), lo coge del brazo y tira de él hacia fuera. Él me vuelve a decir: "Está loco, que yo no le estoy robando", con la música y la cantidad de gente que hay en el local nadie se entera de lo que está pasando. "Que te largues so hijo de puta que te voy a partir la cara." Entonces Bárbara se mete en medio y me grita: "¡Vale ya!" mirándola le digo: "Ese gilipollas me estaba robando" y la pobre se queda con cara de ¡Comorrrlll! mientras los guacamayos salen por la puerta del HRC. Voy tras ellos y salen pitando en cuanto pisan la calle pero me da tiempo a coger al segurata de la puerta y contarle la historia mientras los señalo para que los tenga fichados para la próxima vez.
Vuelvo dentro del local y Guillermo ya está hablando con Bárbara. Ambos se creían que el tipo le había echado una mala mirada a Bárbara y que yo por celos había montado el pollo. Guillermo me contó que se había puesto discretamente en la barra tras el tío por si tenía que estamparle la jarra de cerveza en la cabeza si había bulla, pero la pobre Bárbara no se había enterado de nada.
Eso sí, me felicitó por comportarme y no haberle estampado la cabeza al puto ladrón contra la pared según venía de la barra. ¿será que me estoy haciendo mayor o que tanta influencia de los medios rojo-masones me están volviendo un pacifista de mierda que soluciona las cosas democráticamente?
El HRC está pegado a Las Ramblas y es muy común ver a manguis de esta calaña robando a los guiris despistados o borrachos. El local siempre está a rebosar de extranjeros, pero nunca he visto a un sudamericano comer allí (supongo que es por el tema pasta) y es un sitio perfecto para dar el palo. Así que amigüitos cuidadín con donde dejáis los abrigos.
En fin, una anécdota más para contar a mis nietos.
PD: La hamburguesa me sentó de PM.